Taxonomía y
nomenclatura
Es
imprescindible elaborar un sistema para crear un orden dentro de la diversidad
de los seres vivos.
La
taxonomía es una disciplina científica que se ocupa de la clasificación y
nomenclatura de los seres vivos.
El
primero que intento ordenar las distintas especies fue Aristóteles, después le siguió
Agustín el cual clasificó los animales en útiles, peligrosos y superfluos,
según su relación con el ser humano.
Mientras
que en la Edad Media, el interés se centró en las plantas por su utilidad para
la medicina, gracias a esto se catalogaron muchas especies.
Durante
el Renacimiento se empezaron a sustituir esta antigua forma de clasificación
por una que describía las características propias de los seres vivos, Jhon Ray
realizó una clasificación y un orden sistemáticos empleando únicamente un
criterio científico. Y apareció la palabra género que permitió agrupar a
especies parecidas que comparten una serie de características.
Pero
el inicio de la taxonomía moderna se inicia con los trabajos del científico sueco
Carl von Linneo. Publicó especies plantarum, donde describía las
especies vegetales y las denominaba con términos científicos polinominales.
Sin
embargo Linneo incluyó, junto con la designación polinominal, una palabra que
añadida al nombre del género permitía identificar la especie. Este sistema de
nomenclatura, denominado binominal porque el nombre de la especie consta de dos
términos, uno genérico y otro específico, resultaba más sencillo,
práctico y eficaz y no tardó en sustituir al polinominal.
Criterios
taxonómicos:
Hay
que establecer un criterio para poder agruparlos dentro de un mismo grupo que
viene dado por sus características principales, habiendo que diferenciar entre
las fundamentales y las menos importantes.
A
lo largo de la historia de la taxonomía, los criterios de elección de las
características fundamentales han ido cambiando a medida que se descubrían
nuevos datos y se interpretaban los antiguos, lo que en ocasiones ha llevado a
modificar la inclusión de una especie de un grupo determinado.
Además
de las características estructurales y funcionales utilizadas en el pasado, hoy
día se emplean como criterios taxonómicos características bioquímicas,
inmunológicas, de hibridación del ADN, e incluso, patrones de comportamiento.
La
única respuesta factible a la semejanza que existe entre ellos, la proporciona
la teoría de la evolución.
La
clasificación de los seres vivos atendió a su parentesco evolutivo, constituye
el objetivo de la sistemática o taxonomía evolutiva, sin embargo nos resulta
bastante complicado establecer las líneas evolutivas.
Los
sistemas de clasificación basados en la evolución de los organismos se
denominan sistemas taxonómicos naturales, en contraposición a los artificiales,
que se fundan en criterios elegidos arbitrariamente.
Nomenclatura:
La
necesidad de llegar a un acuerdo sobre la nomenclatura utilizada como paso
previo e imprescindible para facilitar la comunicación entre los científicos de
distintos países no tardo en ser evidente.
Los
nombres científicos aplicados a las especies biológicas siguen unas
determinadas reglas. La denominación de una especie consta de dos palabras, que
deben ser latinas o latinizadas y escribirse con letra cursiva, La primera es
común a todas las especies, del mismo género y se escribe con letra inicial
mayúscula. La segunda palabra identifica la especie dentro del género y se
escribe con minúscula.
A
veces después del nombre científico se añade el de la persona que lo aplicó por
primera vez y el año en que lo hizo.
Podemos ver excelentes fotos en esta pagina web con sus respectivo nombres cientificos.
Categorías
Taxonómicas:
Los
grupos que se establecen para clasificar a los seres vivos se denominan Taxones. En el sistema de clasificación
creado por Linneo, la unidad fundamental es la especie.
Especie:
Una especie está constituida por todos los individuos con características
estructurales y funcionales semejantes, que tienen una misma ascendencia, que
se reproducen entre ellos y originan descendencia fértil.
Las
especies que comparten muchas características y que por tanto, son muy
semejantes se agrupan en un taxón denominado género.
Varios
géneros que presentan características comunes se agrupan en el taxón llamado familia.
De
la misma forma, varias familias se agrupan en un orden, varios órdenes en una clase, y varias clases en un taxón
conocido como división o phylum,
tronco o tipo.
Por
último, la agrupación de varias divisiones o de varios phyla recibe el nombre de reino.
Todos
estos taxones pueden subdividirse también a su vez. Aparecen, así, categorías
intermedias, como subfamilia, suborden, superfamilia, etcétera.
A
medida que se asciende en las categorías taxonómicas desde la especie hasta el
reino, las semejanzas entre los organismos son menores.
Los grandes grupos
de seres vivos:
Linneo
solo admitía la existencia del reino animal y el reino vegetal. Hasta que Ernst
Haeckel añadió el reino Protista, constituido por los organismos unicelulares
eucariotas. En él se incluían formas que anteriormente habían pertenecido al
reino Animal o al Vegetal.
Posteriormente
incorporaron algunos organismos, hasta entonces englobados en las plantas, en
dos nuevos reinos: Fungí (hongos) y Móneras (bacterias).
En
las primeras versiones del sistema de cinco reinos, el de los protistas incluía
únicamente a los seres eucariotas unicelulares, lo que suponía un problema a la
hora de clasificar ciertos grupos, como las algas verdes, que comprenden
organismos unicelulares y pluricelulares.
La
definición, más amplia, del reino Protoctistas
puso fin al problema. Este reino incluye hoy ciertos grupos tradicionalmente
considerados plantas, como las algas unicelulares y pluricelulares, y algunos
hongos inferiores.
En la actualidad se ha
creado el taxón dominio, que agrupa a los reinos cuyos miembros tienen células
de uno u otro tipo, como por ejemplo el dominio Eukaryota y Prokaryota.
No hay comentarios:
Publicar un comentario